
Al ser este el primer artículo para este espacio, desde el equipo de Horwell queremos que nos conozcáis, pero no presentándonos… simplemente pretendemos que miremos hacia la misma dirección.
Para hablar de caballos, antes debemos de tener muy claro que son de los pocos animales del mundo que tienen una esperanza de vida menor en cautividad que en estado salvaje, bueno… que en estado feral. ¿Esto a qué se debe?
La totalidad de decisiones que tomamos, que al final van a definir el bienestar y la salud de nuestros caballos, las tomamos según nuestros referentes. ¿Qué referentes estás mirando? ¿Son los referentes científicos correctos? La realidad es que ningún ser humano tiene la verdad absoluta, pero la naturaleza sí la tiene.
Miedo, estrés, ansiedad, reactividad, incluso agresividad o vicios, todo esto le puede pasar a un caballo. En realidad eso y mucho más a nivel físico, metabólico, de comportamiento, etc. Y para entender el origen y la solución a todo eso es importante hacia dónde diriges tu mirada. Para empezar a mirar juntos en la misma dirección te pido que imagines a un niño; este es separado de su familia justo al destetarle, le encerramos en una caja negra y le echamos al mar. Nuestro niño está rodeado de otros niños y niñas de distintas edades, incluso adultos que han vivido las mismas circunstancias que él. De vez en cuando le sacan atado y le piden cosas, le dan de comer por una puertecita y tienen agua a disposición. En invierno, si hace frío, tienen una manta y les mantienen limpios, y la verdad, con el cabello arreglado. A este niño del que estábamos hablando a la edad de 16 años le sueltan, ya no estará más tiempo encerrado. Pero, ¿cómo va a comportarse en el mundo real?, ¿puede que llegue incluso a comportarse de una manera peligrosa?, ¿son su responsabilidad las conductas que desarrolle?, ¿nos sirve como referente científico válido para estudiar a los seres humanos, considerando normales sus comportamientos dentro de su especie?
Con los caballos pasa un poco lo mismo: ¿satisfacemos sus necesidades?, ¿dejamos que sean caballos?, ¿les respetamos sus relaciones sociales mínimas? En definitiva, solo quiero que te plantees si los malos comportamientos que un caballo desarrolle, y el que este sea considerado malo, si el que no esté listo para enfrentarse a su entorno, que no coopere ni esté relajado a la hora de trabajar, o que tenga miedo o sea reactivo, son responsabilidad del équido.
En cuanto a sus necesidades, pues te preguntarás cuáles tiene tu caballo. Hay que empezar por las alimentarias, de higiene, movimiento, input (desarrollo del córtex cerebral) y necesidades sociales y, cómo no, continuar por las físicas propias de la especie y las relativas al trabajo que vamos a pedir al individuo. En resumen, los referentes en los que te fijes van a definir la totalidad de los temas multidisciplinares que van a conformar el bienestar de tu caballo, tanto en su espacio de vida como en el trabajo.
Pero este artículo no es para explicarte de manera específica las necesidades equinas reales, sino que quiero darte las herramientas para que puedas buscar, llegar a conclusiones, mirar a los caballos como lo que son y que el cambio en tu mirada sea real, así que sí, ahora toca fijarse en los referentes correctos, pero ¿cuáles son? En este punto cabe destacar que a mí me cambió automáticamente la visión del sector y me arrojó mucha luz sobre lo que es realmente un caballo, un gran amigo mío y veterinario equino, cuando compartió conmigo información sobre este tema.
Para que te vayas haciendo una idea, los referentes en los que debemos fijarnos son:
La taxonomía, que al final no es otra cosa que la clasificación de las especies según similitudes. Esta nos va a dar mucha información sobre el entorno para el que está diseñado el animal, sobre qué habilidades tienen los caballos, etc., así que es importante fijarnos en el diseño equino, ya que en la naturaleza nada está dejado al azar.
El siguiente va a ser la evolución. Las especies en este planeta cambian según el entorno, vemos que los caballos aparecen con la explosión de las gramíneas, que son animales que se adaptan a un tipo de alimentación concreta y para un entorno más bien seco y por ese motivo necesitan un cuerpo grande, para comer plantas, caminar mucho e ingerir grandes cantidades de comida de baja calidad. Si observamos, pues, la evolución de los caballos, podemos saber qué deben comer, en qué cantidades, qué suelos les va mejor pisar, etc.
Para terminar, el último de los referentes científicos en el que nos fijaremos van a ser los caballos ferales. Aunque estos viven sueltos en la naturaleza sin la intervención humana, no son animales salvajes. No queda ni un solo ejemplar de caballo salvaje en el mundo. Debes saber que las especies salvajes pasan de generación en generación la cultura de grupo, costumbres etc. y que en la actualidad no existe ningún ejemplar de caballo que no tenga antepasados que hayan pasado por la cautividad, y que por ese motivo no se pueden considerar salvajes a pesar de que los humanos no estén presentes, ya que en su historia, en algún momento, el ser humano hizo que no pudiesen seguir transmitiendo sus conocimientos a las generaciones venideras. A pesar de eso, los caballos ferales, son un gran referente, aunque no todos, ya que hay poblaciones de caballos ferales sanos y poblaciones que no lo son. Esto se establece mediante lo que nombramos como test de salubridad. Este test que mira la esperanza de vida, la natalidad anual, la salud estructural de los animales, la condición corporal… va a definir cuál es el entorno ideal para el caballo; observando esos ejemplares, nos indica lo que el caballo sano tiene que hacer en su día a día, lo que tiene que comer, los kilómetros que tiene que hacer, cómo se relacionan entre ellos, etc. Todo esto es la que realmente necesita un caballo para estar sano, y es precisamente lo que debemos darle nosotros a los caballos si queremos tener caballos de verdad, y no a una carcasa preciosa vacía por dentro.
Luego hay un bulo extendido que me gustaría matizar: hay personas que dicen que es un tema de adaptación, que esos caballos están sanos porque llevan muchos años y generaciones en esos entornos, pero la realidad es que hay un estudio científico en el que cogieron a caballos ferales de un entorno en el que no estaban sanos y se lo llevaron al entorno en el que si lo estaban, y lo que sucedió es que los caballos sufrieron estrés, no estaban acostumbrados a un entorno tan exigente, pero en pocos meses estaban igual de sanos que el resto de animales de su especie que nacieron allí.
En cautividad también lo vemos; con una buena alimentación a base de forrajes y suplementos, con movimiento, relaciones sociales, higiene, gestión natural del casco, educación basada en el respeto y el entendimiento y con una monta respetuosa, no solo están más sanos, sino que también reducimos el riesgo de lesión, aumentamos la esperanza de vida y la vida deportiva, el rendimiento, la motivación, cooperación etc., y esto lo vemos en nuestro día a día con cada uno de nuestros clientes.
Obviamente, si criamos mirando solo capas, no vamos a conseguir el resultado esperado. Tienes que pensar que en estado feral solo se reproducen los animales sanos, que el que nace con las patas torcidas muere, y es importante que empecemos a fijarnos en temas estructurales y en la funcionalidad de la totalidad del équido a la hora de elegir a los ejemplares reproductores, y dejarnos de mirar colores, caras y de promover el malestar. Esto quiero matizarlo para que realmente veas que si nos fijamos en los referentes correctos todo va a cambiar, empezando por elegir al potro que esperamos.
Es normal que no puedas hacer la totalidad de lo que te llegue estudiando estos referentes, pero sí que deberíamos intentar hacer lo máximo, ayudar a los caballos a ser lo que son. Por ejemplo, a menudo oigo que algunas personas dicen que tienen una manada de caballos, pero debes saber que eso en cautividad es prácticamente imposible, con lo que seguramente no podremos ofrecer eso a nuestros caballos. En estado feral hay individuos satélite (siguen a un grupo en la distancia), grupos de solteros, grupos familiares y manadas; las manadas son varios grupos familiares juntos, y estos, están formados por un semental, yeguas y potros, así que a no ser que en tu casa tengas a varios sementales, muchas yeguas y potros que nacen todos los años, y encima vayan todos juntos, no, no tienes una manada en casa.
La realidad actual del sector es que tenemos muchísimas metodologías y costumbres que nos hacen dependientes, pero no hace falta un don ni tener dos carreras. Yo mismo no tengo ninguna de las dos cosas y me siento perfectamente capaz de tratar a los caballos como lo que son, darles lo que necesitan para satisfacer sus necesidades y educarles como se merecen.
Y a pesar de todo esto no te preocupes, no estás lejos de lograr que tu caballo cada vez viva más y mejor, en Horwell Company lo sabemos. Sabemos que en muchos casos no tomamos las decisiones más acertadas, pero que no las tomamos porque no tenemos las herramientas, formación e información para hacerlo, no es un tema de falta de sensibilidad, empatía o interés, así que si esto te resuena, empieza. Cada paso importa y eres tú con tus decisiones lo único que puede hacer que tu caballo tenga la vida que se merece.

Para concluir, no te olvides de visitar nuestras páginas de Facebook e Instagram ya que en ellas podrás encontrar mucha más información. En Horwell Company tenemos un único objetivo, que tu caballo vea sus necesidades satisfechas, y que seas libre de tomar las riendas de la salud, bienestar, rendimiento y educación de tu caballo.
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